Los antiguos romanos asimilaron el legado musical que provenía de Grecia y del pueblo etrusco. Lo usaban en la música religiosa y adoptaron instrumentos musicales de esas culturas: la trompeta etrusca, el syrinx (flauta pastoril), la lira, el tympanon (pandereta), los cymabala (platillos), crotala (sonajas) y el scabillum (sonajas para los pies). Esas últimas se utilizaban sobre todo en las danzas que se realizaban en honor a Cibeles y Baco.
En la antigua Roma se crearon grupos o gremios teatrales. En ellos se encontraban mImos, actores, danzarines, y músicos concocidos como histriones, palabra de origen etrusco que significa danzarín. Éstos hacían adaptaciones de los dramas griegos, y en los escenarios actuaban los coros y los dúos. En Roma también se imitó la poesía griega, Catulo y Horacio fueron unos de los más importantes poetas, que escribieron piezas para cantantes y coros, que se acompañaban de la lira, el arpa, el laúd o la cítara.
También existía otro tipo de música en la antigua Roma, era la que acompañaba uno de los espectáculos más populares de la ciudad: las luchas entre gladiadores y de otro tipo que se podían ver en los anfiteatros, esta música distaba mucho de ser culta, y evidentemente tenía un caríz mucho más popular.
La mayoría de los instrumentos romanos habían sido tomados de otras culturas, sobre todo de Grecia, pero se destacaron en la fabricación y uso de trompetas rectas, porque conocían el arte del torneado de los metales. Fue así que proliferaron las variantes: rectas, curvas, de boca ancha como un dragón, etc., que recibieron nombres como lituus, buccina, tuba o cornu. Asimismo tenían conocimiento y usaban una especie de órgano primitivo que se accionaba por un fuelle ejecutado en el circo, animando los espectáculos de gladiadores o de cristianos arrojados a las bestias. Este órgano hidráulico aparece registrado en los textos de los primeros padres de la Iglesia Cristiana, como San Agustín. En cambio, los instrumentos de cuerda, provenían también de Grecia, pero de zonas de Oriente más alejadas. De allí llegaron arpas, laúdes y cítaras (o salterios). Las percusiones sólo se utilizaban para dar ánimo a los soldados en combate.